Semana 21
Fotografiar la Luna
Todo lo que necesitas saber para Fotografiar la Luna
¿Consejos de cómo fotografiar la Luna?
Fotografiar la Luna es una práctica muy interesante dentro de la fotografía astronómica y de paisaje. Aunque pueda parecer sencilla por tratarse de un objeto brillante y visible a simple vista, capturarla con buen detalle y estética requiere conocer algunos aspectos técnicos y planificar con antelación. Afortunadamente, con un equipo relativamente accesible y una preparación mínima, se pueden conseguir resultados muy buenos.
En cuanto al equipo, lo más recomendable es utilizar una cámara réflex o sin espejo que permita disparar en modo manual y guardar en formato RAW. El objetivo ideal es un teleobjetivo de al menos 200 mm; con 300 mm o más se obtiene un tamaño de Luna más atractivo y mayor definición en los detalles. Un trípode estable es esencial para mantener la cámara completamente inmóvil durante la toma. También es muy útil contar con un disparador remoto o usar el temporizador de 2 segundos para evitar cualquier vibración al pulsar el botón de disparo. Un filtro UV puede ayudar a reducir brillos o mejorar el contraste, aunque no es imprescindible.
El momento en que se toma la fotografía influye muchísimo en el resultado. Aunque la Luna llena es visualmente espectacular, no es la mejor opción si se busca destacar los relieves y cráteres, ya que la luz incide de forma frontal y aplana las texturas. Las fases más recomendables para capturar detalles en la superficie son los cuartos crecientes o menguantes, cuando la luz lateral crea sombras que resaltan el relieve. También es interesante fotografiarla cerca del horizonte, justo después de salir o antes de ponerse, no solo por el tono más cálido que puede tener debido a la atmósfera, sino también porque puede incluirse en un contexto paisajístico. Para saber la hora y posición exacta, se pueden usar programas como PhotoPills, o The Photographer’s Ephemeris, que te dirán con precisión la hora de salida y la posición donde saldrá y se pondrá la luna.
En cuanto a configuración, lo ideal es trabajar en modo manual para tener control total sobre la exposición. Una referencia clásica es la regla del “Looney 11”: con ISO 100, apertura f/11 y velocidad de obturación 1/100 s se suele obtener una exposición correcta para la Luna llena.
Estos valores pueden servirte como punto de partida, pero estos valores deben adaptarse según la fase lunar, la atmósfera y el equipo. Por ejemplo, si la Luna está baja en el cielo o hay algo de calima, puede ser necesario abrir más el diafragma o aumentar ligeramente el ISO. Es importante no sobreexponer las altas luces, ya que en la Luna se pierden fácilmente los detalles si se quema la imagen. Lo mejor es hacer pruebas e ir ajustando los valores hasta obtener los mejores resultados.
Aquí te dejo los valores que puedes utilizar como punto de partida para cada situación.
- Para todos los casos utilizaremos:
- Modo: Manual (M)
- Balance de blancos: Luz de día (luego ajustaremos la temperatura en la edición del RAW)
- Formato: RAW
Luna llena (fotografía centrada en la Luna, sin paisaje)
- ISO: 100 – 200
- Apertura (f/): f/8 a f/11
- Velocidad de obturación: 1/100 – 1/250s
- Usa la regla del “Looney 11”: ISO 100, f/11 y 1/100 s como punto de partida
Cuarto creciente o menguante (ideal para captar relieve y cráteres)
- ISO: 100 – 400
- Apertura: f/6.3 – f/8
- Velocidad: 1/60 – 1/125s
- Aquí las sombras proyectadas mejoran mucho el detalle del relieve. Es la mejor fase para fotos con texturas.
Luna en el horizonte (paisaje + Luna)
- ISO: 100 – 800 (según luz ambiente)
- Apertura: f/4 – f/8
- Velocidad: 1/15 – 1/100s
- Aquí puede hacer falta un pequeño bracketing (múltiples exposiciones) para equilibrar el brillo del paisaje y la Luna.
Luna en paisaje nocturno (con larga exposición)
- ISO: 200 – 1600
- Apertura: f/2.8 – f/5.6
- Velocidad: 1/2 – 10 segundos (dependiendo de la escena)
- Con exposiciones largas la Luna saldrá sobreexpuesta y desenfocada por movimiento si no haces una doble exposición, deberás hacer una foto para la luna y otra para el entorno de forma independiente, después las unirás en postproducción.
Todos estos parámetros son una base para comenzar a fotografíar la Luna, prueba, modifica los parámetros para obtener el resultado que quieres.
El enfoque.
Debe hacerse de forma manual. El sistema de enfoque automático, incluso en cámaras avanzadas, puede fallar al intentar enfocar en un objeto tan lejano y con tanto contraste como la Luna. Lo mejor es utilizar la pantalla (Live View) y ampliar la imagen para enfocar con precisión en el borde o en una zona con buen contraste.
El estabilizador
Es muy importante deshabilitar el estabilizador cuando utilices trípode, ya que genera problemas.
La composición
Se puede optar por un encuadre centrado si la intención es resaltar la Luna como único sujeto, o buscar una imagen más narrativa si se quiere integrarla en un paisaje, arquitectura o algún elemento natural. En estos casos, conviene aplicar criterios básicos de composición como la regla de los tercios y prestar atención a la relación de tamaños entre la Luna y los elementos del entorno. También es buena idea realizar varias tomas con diferentes exposiciones si hay un fuerte contraste entre el cielo, el paisaje y la Luna, con la idea de combinarlas después en edición.
El procesado
Trabajar con archivos RAW ofrece muchas ventajas. Se puede empezar por corregir encuadre y horizonte si hace falta, luego ajustar el balance de blancos para conseguir un tono más neutro (o creativamente adecuado), y después afinar la nitidez. En Lightroom o Camera Raw se puede utilizar claridad, textura y contraste local para realzar los cráteres, la reducción de ruido será útil si se disparó con ISOs altos. En Photoshop aumenta el enfoque de la luna, una técnica es aplicar un filtro de paso alto (High Pass) sobre la capa de la luna duplicada en modo de fusión “luz suave” o “superponer” para mejorar el nivel de detalle. Las curvas pueden ayudar a dar más profundidad a los tonos intermedios. También conviene revisar si hay halos o aberraciones cromáticas y corregirlas con las herramientas específicas del software.
En casos donde se hayan hecho varias capturas iguales (con la cámara fija y sin cambios de encuadre), se puede recurrir a técnicas de apilado. Esto permite mejorar la relación señal/ruido y recuperar mucho más detalle fino. Programas como Registax, AutoStakkert o Siril son muy útiles en este tipo de procesos, muy comunes en astrofotografía más avanzada, pero no es nuestro tipo de fotografía.
En definitiva, fotografiar la Luna es una forma muy interesante de adentrarse más en la fotografía. Permite practicar aspectos técnicos como el enfoque manual, la exposición precisa y la edición por zonas, además de ser una excelente oportunidad para combinar elementos naturales o urbanos con un fenómeno astronómico que siempre llama la atención. Con planificación, paciencia y un poco de técnica, podrás conseguir imágenes espectaculares.
Bonus
Cuando fotografías la Luna detrás de un objeto utilizando un teleobjetivo y estás a mucha distancia de ese objeto, se genera un efecto visual muy llamativo: la Luna parece mucho más grande de lo normal en relación al primer plano. Esto no es porque la Luna haya cambiado de tamaño, sino por la compresión de la perspectiva que producen las focales largas.
Al usar un teleobjetivo (por ejemplo, de 300 mm, 400 mm o más) desde una gran distancia, el ángulo de visión se estrecha mucho. Eso hace que los elementos del fondo —como la Luna— parezcan más grandes en relación a los elementos del primer plano. Además, esa distancia hace que el objeto en primer plano (una persona, una torre, una montaña) se vea más pequeño visualmente, acentuando aún más el tamaño aparente de la Luna.
Este tipo de fotografía requiere planificación precisa, porque para que la Luna quede justo detrás del objeto que te interesa, necesitas alinear perfectamente la posición de la cámara, el sujeto y la trayectoria lunar. Herramientas como PhotoPills te ayudan a calcular desde qué punto exacto y a qué hora debes disparar.
Un aspecto importante a tener en cuenta es el enfoque y la profundidad de campo. Cuando estás muy lejos del objeto y usas una focal larga, la zona de nitidez es muy reducida. Por eso, si enfocas a la Luna, el objeto del primer plano puede salir desenfocado, y viceversa. Para mejorar esto, lo ideal es cerrar el diafragma (por ejemplo, a f/11 o más).
En resumen, este efecto se logra gracias a la distancia entre la cámara y el sujeto, el uso de un teleobjetivo largo y una buena planificación. Es una técnica muy efectiva para conseguir imágenes impresionantes.
Espero este artículo te sea de utilidad.
Saludos, Gabriel.
Si aún no tienes mi libro Reto Fotográfico de 52 Semanas, puedes comprarlo en Amazon en este enlace: COMPRAR LIBRO
Deja tu comentario